miércoles, septiembre 03, 2008

Y Dios dijo hágase el Big Bang

--¿Así que el CERN tiene un acelerador de partículas? Un tubo circular para romper partículas-- pensó Langdon, mientras el ascensor bajaba. Cuando el ascensor paró, se sintió aliviado de tener tierra firme bajo los pies, pero cuando las puertas se abrieron, su alivio se evaporó. Robert Langdon se encontró ante un mundo totalmente desconocido.

En “Angeles y demonios” Dan Brown arranca su trama de intrigas y conspiraciones con un asesinato en las entrañas mismas del Gran Colisionador de Hadrones. El centro de la trama de la novela es la lucha entre la iglesia y la ciencia por determinar quien o que creo el Universo. La anécdota de la novela retoma el largo debate que la humanidad ha mantenido desde la edad media. Dicho debate representa una larga cadena de encuentros y desencuentros algunos simples y otros bastante trágicos pues desembocaron en el encarcelamiento o muerte de algunos de sus actores, normalmente del bando de los científicos.

Un ejemplo de ello es Giordano Bruno, un sacerdote italiano interesado por la ciencia y filosofía. Durante su vida viajo por toda Europa enseñando sus teorías. Escribió muchos trabajos en latín sobre cosmología, física, magia y el arte de la memoria. Demostró, aunque con un método equivocado, que el Sol es más grande que la Tierra.

Fue apresado por la inquisición en 1591 y en 1601 la iglesia romana lo declaro herético impenitente, pertinaz y obstinado. Murió en la hoguera sin arrepentirse de sus ideas. La historia le ha convertido en mártir de la ciencia por la defensa que hiciera de las ideas heliocentristas,

Tal vez el caso más conocido es el de Galileo Galilei, físico, astrónomo del renacimiento italiano fue sentenciado por la Santa Inquisición debido a la divulgación que hizó de las ideas copernicanas del heliocentrismo. Ante la posibilidad de ser sentenciado a muerte la historia cuenta que se retracto frente a los religiosos que lo enjuiciaban. Sin embargo la iglesia lo condeno a permanecer encerrado en su casa por el resto de sus días.

Los tiempos cambian y desde hace 116 años el Vaticano cuenta con su propio centro de investigación cósmica: el Observatorio Astronómico Vaticano. Su sede original en Castelgandolfo ha cedido la primogenitura al moderno Telescopio Vaticano de Tecnología Avanzada ubicado en Arizona, Estados Unidos. El sitio Internet del Observatorio indica que su misión es ser un puente entre la iglesia y la ciencia.

El director el Observatorio es Monseñor Jose Funes, un sacerdote argentino perteneciente a la Orden de los Jesuitas a cuyo cargo esta la operación del centro. Además de los votos del sacerdocio, monseñor Funes ostenta un doctorado en astronomía por la Universidad de Padua. A caballo entre la fe y la ciencia, monseñor Funes declaraba en septiembre del año pasado “ Ha habido y habrá conflictos entre la ciencia y la iglesia. Pero no hay que temer a los conflictos, ya que pueden superarse y nos ayudan a crecer.

Para José Funes la investigación cosmológica es perfectamente coherente con la fe. “”El Big Bang no esta en contradicción con la existencia de un Dios que creo el Universo a partir de la nada. Es verdad que el Big Bang no es la prueba de la existencia de Dios, pero tampoco la niega”

En el Islam, la idea del Big Bang tampoco se contrapone a las revelaciones del Coran donde se lee “¿Es que no han visto los infieles que los cielos y la tierra formaban un todo homogéneo y los separamos? (coran 21:30)” mas adelante el profeta habla de que “el cielo lo construimos con fuerza. Y, ciertamente, asignamos un vasto espacio” (51:47) .

Sin embargo el fantasma de la iglesia interviniendo con la ciencia parece rondar todavía en los pasillos del vaticano. Según Steve Hawkin en su libro “la Historia del Tiempo “en 1981, el papa Juan Pablo II recomendó a los asistentes a una conferencia sobre cosmología organizada por el vaticano “estudiar la evolución del Universo después del Big Bang , pero que no indagar en el Big Bang mismo, porque se trata del momento de la creación y por lo tanto de la obra de Dios” el Papa Juan Pablo II dirigió estas palabras a los asistentes a una conferencia sobre cosmología organizada por el vaticano, entre ellos se encontraba Stephen Hawkin quien recogió la anecdota en su libro “Historia del Tiempo”

Por una coincidencia del destino Hawkin nació exactamente en el 300 aniversario de la muerte de Galileo Galilei. En “la historia del Tiempo”, el más celebre de los cosmólogos relativistas se alegra que su encuentro con la iglesia hubiera sido mucho más afortunado que el de su antecesor.

Una pregunta sin respuesta

El Dr. Gustav Tammann se alegra cuando termina la entrevista “ Normalmente, cuando se entrevista a un astrónomo surge la pegunta de cómo era el Universo antes del Big Bang o las causas de ese fenómeno . Estoy convencido de que esa es una de las cosas que la raza humana jamás entenderá. Encuentro interesante que muchos investigadores admitan que hay preguntas que nunca podrán ser contestadas. Teóricamente podemos plantear 20 posibilidades, pero el método científico no nos permitirá distinguir con precisión cual es la correcta.