lunes, marzo 03, 2008

Señor Watson, venga aquí, necesito verlo.

La memoria hoy repiquetea con telefónico sonsonete al cumplirse 161 años del nacimiento de Alexander Graham Bell. Su familia estaba dedicada a la voz humana, Su padre, abuelo y tío estuvieron asociados con la oratoria y enseñanza de técnicas de comunicación para sordos. Debido a que su hermana y su madre eran sordas el interés por la producción y audición de la voz resultó una pasión para Bell. Entre sus primeros aparatos figuran una cabeza mecánica capaz de fonar algunas palabras. También existe la anécdota de que, manipulando la traquea y los labios de su perro, era capaz de hacer que el animal aullara algo que remotamente sonaba a “¿Cómo estas abuela?”.

En 1870 la familia Bell se mudó a Canadá y más tarde a los Estados Unidos donde a Alexander se le otorgaría la ciudadanía americana. Fue en Boston donde auxiliado por un joven electricista, Thomas Watson, Bell inició sus trabajos para transmitir la voz por medio de la electricidad. Ya desde hacia tiempo había estado experimentando con diapasones siguiendo los experimentos de Hermann von Helmholtz que había transportado una vocal sonora por medio de un diapasón similar, "Sin saber mucho sobre él tema, me parece que si una vocal de sonido puede ser producida por medios eléctricos, así podrían también las consonantes, permitiendo articular el habla."

Su trabajo con electroimanes y diapasones, permitieron comenzar a esbozar “un telégrafo que habla” utilizando las variaciones en la corriente electrica transmitida para generar vocales, consonantes y con ellas palabras. En el cuaderno de notas de Bell con fecha de 10 de marzo de 1876, se describe el experimento que marcaría el éxito del trabajo realizado. Alexander Bell tomo el aparato y habló a través de él. En una bocina ubicada en una habitación anexa, Thomas Bell escucho a su jefe decir: “Sr. Watson, venga acá, necesito verlo” y la historia del teléfono nació.

Alexander Graham Bell no fue el único en trabajar en un telégrafo parlante, paralelamente el inventor americano Elisha Gray . En la década de 1870 ambos hombres presentaron sus desarrollos a la oficina de patentes apenas con horas de diferencia lo que permitió que la patente del invento se le otorgara a Bell. La circunstancia inicio una batalla legal que finalmente gano Alexander Bell.
Sin embargo la situación cambió cuando el 11 de junio de 2002, el Congreso de Estados Unidos aprobó la resolución 269 por la que reconoció que el inventor del teléfono había sido Antonio Meucci y no Alexander Graham Bell al indicar que aparentemente Bell no fue el primero en crear este aparato, sino solamente el primero en patentarlo.

Según este punto de vista, se sostiene que Graham Bell y Meucci crearon el dispositivo de manera totalmente separada (se piensa también que hubo un indirecto cruce de información entre los dos investigadores).